lunes, 21 de noviembre de 2016

La Dra. Sorpresas comparte con nosotros su experiencia... gracias Iria!

Hola.
¿Hay alguien ahí?
¿Si? Pues no te muevas y acompañame, será sólo un ratito.


Mi nombre es Iria, aunque mi álter ego es Dra. Sorpresas, una de las Dras. Tiritas que gracias a la asociación Berce repartimos sonrisas a todos los niños del Alvaro Cunqueiro. 

Seguramente, te estés preguntando cómo hacemos para conseguir tantas sonrisas. Pues no es cuestión de magia, aunque a veces sí, a veces es magia, otras veces payasos, pintores, escultores, cuentistas... Depende, como bien nos gusta decir a los gallegos. Es cierto que a veces se pone la cosa un poco complicada, pero cuando rascas un poquito, te das cuenta de que detrás de toda boca seria hay una gran sonrisa deseando ser llamada.


Y así, a través de una gran sonrisa, la de mi amigo Luis, conocí Berce y su proyecto y, decidida, me vestí con mi mejor sonrisa y me subí al barco que me llevaría hasta mi primera experiencia en el Cunqueiro, la que hoy mismo me ha dejado un poquito de primavera en el alma.


La primera visita al Hospital de día la realizaron la Dra. Rana y el Dr. Marciano, dos gigantes de la arcilla mágica Jumping Clay y entonces llegó mi turno. Dentro de la sala 3 pequeños soletes esperaban impacientes por saber cuál sería mi sorpresa. En esta ocasión les llevé el kamishibai, una forma de contar historias que se originó en los templos budistas de Japón en el siglo XII. Tras el cuento, seguimos con un pinta caras relacionado con la historia. Tanto padres como niños participaron un montón y, no es por echarme flores, pero se les veía encantados.


Creo firmemente que la vida nos presenta continuamente oportunidades, ya sean mayores o menores, para ayudar a los demás, para dar un pasito hacia ese mundo mejor al que todos queremos pertenecer, sólo hay que romper las barreras del miedo, la inseguridad, la pereza, la vergüenza, etc y coger una de ellas con las dos manos, firmemente. Te aseguro que después la sonrisa viene sola.


Personalmente, puedo decir que hoy queda inaugurada una nueva experiencia en mi libro de vida, una de esas que aparecen en negrita y con mayúsculas, porque creo que es de las dificiles de superar.


¿Y ahora?
Ahora quiero tu sonrisa y no la infravalores porque se contagia, y así algo pequeño se acaba volviendo gigante.
No ves, ¡Ya estoy sonriendo!

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